El amigo invisible

Eduardo Arroyo. Blanco White amenazado por  sus seguidores en Londres. 1978.  IVAM

Bueno! amigo Arroyo!, amigo de tus artículos y de los que hablaban de ti, de tus correrías por museos de media Europa, de tu “look”, de los paseos alrededor de tu museo al aire libre en Robles, de tus orígenes con la España moderna; amigo de los acordes a la sombra de los fresnos en las tardes de agosto, pero sobre todo, amigo del caudal desaprovechado por los autóctonos del Valle, teniendo todas esas fuentes, teniendo todas esas piedras esparcidas por ahí.

Supongo que ahora que “palmaste” aparecerán “codos” como hongos, que hasta fácil se lo vas a seguir poniendo: vas a criar ortigas allí al lado; fíjate que hasta el alcalde de León te dedicó bellas palabras mientras mantiene como basurero el Unicornio...fijate!
Nunca es tarde…..Nunca las moscas tuvieron tanto sentido. 😉
17 de octubre de 2018.

3 comentarios:

  1. Al final todos acabamos de la misma manera, la muerte es la que nos iguala a todos. Nacimos sin nada y perdemos la vida, sin llevarnos nada. Según los actos que hayamos hecho, así seremos recordados.

    Besos

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  2. ·.
    Si bien no conozco al 'amigo Arroyo' no puedo más que sumarme a tu tan 'sentido' homenaje.
    Me encanta la sinceridad que se respira y tu frase final. De todos modos, esas moscas debieran ir a otros lugares, donde la mierda es más alimenticia, esos insensibles muertos vivientes.
    Larga vida, Arroyo !!!

    Un abrazo

    LMA · & · CR

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  3. ·.
    Por lo que veo, has cerrado los comentarios.
    Te comprendo, pero seguiré echando un vistazo.
    Viva Caperucita Feroz !!!
    Un abrazo

    LMA · & · CR

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